El dominó es un popular juego de mesa con una historia propia. La principal tarea de un jugador de dominó es formar una cadena de fichas teniendo en cuenta el número de puntos de cada una de ellas.
¿Cómo apareció el dominó?
Los historiadores creen que el dominó es una nueva forma de dados. Apareció por primera vez en China en el siglo XII. Sin embargo, se cree que el dominó se originó en la India. Las caras de los dados representan diferentes variaciones de puntos, y en aquella época no había caras vacías (a diferencia de los dados actuales). Curiosamente, el uso original de los nudillos no era para jugar. Se utilizaban como una importante herramienta de adivinación, en diversas ceremonias mágicas. En Corea y en la India el plato de dominó sirve hasta hoy como medida para predecir el futuro y el destino del hombre. Las fichas de dominó utilizadas por los indios y los coreanos en la adivinación tienen colores diferentes. Se cree que este juego no es sólo una forma de pasar el tiempo de ocio, sino también un medio para estudiar las leyes de la vida. No en vano las fichas de dominó sólo tienen 7 números (del 0 al 6) pintados. Las fichas de dominó representan el macrocosmos y los siete planes de vida.
Dominó – versiones de su nombre
Existen varias versiones sobre los orígenes del juego de dominó. Uno de ellos dice que el dominó se remonta al siglo XII y fue creado por los dominicos. Los platos en este juego eran blancos y los puntos en ellos eran negros. Esta coloración repite el color de la ropa de los monjes dominicos, cuya vestimenta exterior se presentaba con capas blancas con capucha negra.
Los filólogos tienen una opinión bastante diferente sobre el origen de las fichas de dominó. Los expertos creen que el término procede de Francia. Este era el nombre de la capa del clero francés, que era oscura por fuera y clara por dentro. El nombre de «dominó» se asocia también a la máscara de carnaval, muy extendida en Francia hace varios siglos, de color blanco y negro.
Otra creencia es que el dominó fue acuñado por los monjes. Este popular juego toma su nombre de la primera palabra de saludo que los monjes suelen utilizar tras el inicio de los servicios religiosos: Dominus vobiscum (se traduce como «Dios esté contigo»).
Dominó en Europa
El dominó comenzó a difundirse en Europa gracias a Marco Polo, que introdujo el juego desde China. En aquella época, el dominó ya era muy popular entre los chinos. Junto con la creciente popularidad, aumentó el número de variedades del juego. En el mundo actual existen más de 50 variedades de dominó, y los nombres de algunas variantes son muy originales. Juzgue usted mismo: gacela saltarina, claveles en la niebla, entrar en la pagoda, cabra de mar, etc.
El juego del dominó se ha convertido en una demanda entre los ministros de la iglesia. No es de extrañar que su creación se atribuya a los sacerdotes. Cuenta la leyenda que fue un clérigo llamado Domino quien inventó el juego de dominó.
La variante del dominó inventada por los europeos es ligeramente diferente de la popular en China. En Europa, el juego no se generalizó hasta el siglo XVIII. Esta larga inaccesibilidad se explica a menudo por el hecho de que el juego era disfrutado principalmente por los monjes-ermitaños. Se cree que gracias a los europeos aparecieron por primera vez las fichas de dominó «0».
Tras un rápido aumento de su popularidad entre los europeos, el juego de dominó se ha ampliado con nuevas variantes (bergen, matador, salchicha, blitz). También se convirtió en la base para la aparición de diversas variedades de juegos de cartas (kribij, bingo, 42 y otros).
Hoy en día, el interés por el dominó sigue siendo alto. El juego es amado por muchos y mantiene su popularidad en todo el mundo.